El smartphone o la máquina de hacer jóvenes infelices

Siempre se suelen resaltar los beneficios que aportan las tecnologías a nuestras vidas. Pero ojo, no todo es siempre tan positivo, sobre todo para los jóvenes que están formando su personalidad.

Tags: Smartphone, redes sociales, niños, jóvenes, depresiones, infelicidad

 

Autor: Javier Carbonell

Todos los días me gusta leerme con tranquilidad algún informe sobre el impacto de las tecnologías en la sociedad. En todos los casos trato de desdramatizar cuando se habla de efectos negativos, bien lo saben los que leen este blog.

Lo cierto es que una publicación que apareció hace unas semanas en la revista The Atlantic no deja lugar a ninguna interpretación positiva. Realizada por una doctora en psicología que ha estudiado los hábitos de los adolescentes durante los últimos 25 años en Estados Unidos, explica como a partir del año 2012 (año en el que la penetración del Smartphone entre los jóvenes supera al 50%) el comportamiento ha cambiado de forma importante: los jóvenes quedan menos entre ellos; tienen menos ilusiones en actividades que antes tenían, como por ejemplo sacar el carnet de conducir; duermen menos, con los consiguientes perjuicios para su salud; salen menos de casa, y ello no significa que sean más cercanos a su familia, todo lo contrario.

Las consecuencias son bastante desastrosas: disminución de los niveles de felicidad, aumento de las depresiones y del número de suicidios (todo ello en números de dos cifras). Otra conclusión demoledora del informe es que los jóvenes que pasan más tiempo con las pantallas son más infelices, y además no hay ninguna excepción a esa regla en los muestreos realizados. El informe está lleno de gráficas, datos, estadísticas que ponen cifras a estas situaciones.

Supongo que los efectos que se describen no se deban solo al uso de las pantallas, otras causas posibles de estos fenómenos pueden ser una mayor sobreprotección de los padres o que los jóvenes con carácter más depresivo encuentren en las tecnologías una válvula de escape. También soy consciente de los beneficios que estas tecnologías aportan (acceso a cultura, mantener el contacto con familia y conocidos…). No obstante, lo común de la situación que se trata en el artículo y la dureza de los datos hacen que éste sea un tema de gran gravedad que nos deben invitar a una reflexión seria.